EXCLUSIVAS CLUB INTERNACIONAL DEL LIBRO

Este artículo viene a ser una crítica a determinados métodos de venta indiscriminados y un manual para revocar contratos de ventas a domicilio.
Eran las 22:25 y estaba a punto de irme a trabajar. Mi vecina vive sola y me llamó la atención una voz grave, fuerte que venía del otro lado del tabique. Cuando abrí la puerta para irme, ví a dos hombres con aspecto impecable que se despedían de ella y subían al ascensor muy contentos. Yo saludé a mi vecina y, como no podía se de otra manera, la breve charla desembocó en su reciente visita. Me habló maravillas de los chicos con los que acababa de estar y me comentó que la habían regalado muchísimas cosas.

- Nadie da duros a cuatro pesetas - la contesté.

La pregunté si la habían dejado algún papel y ella me invitó a entrar para que le echara un vistazo. El papel tenía el membrete de Galería del Coleccionista, lo segundo que vieron mis ojos fué una casilla donde aparecía escrito a mano la cantidad de 3.230 €. La pregunté que si era consciente de la cantidad que tenía que abonar por todos esos "regalos" y me contestó que si, pero que el valor de esos artículos era superior a ese importe, que esas personas habían sido muy amables y que no la iban a engañar, que había sido una de las cinco personas seleccionadas en todo Valladolid, que, que, que,...

Al día siguiente vino el repartidor a traerla todo el material y por la tarde llamó a la puerta para invitarme a ver todos los "obsequios".

Cual fué mi sorpresa cuando vi que no contentos con la venta inicial, la ampliaron el contrato con una serie de artículos más y un total de 4.332 €. El membrete de la carta venía esta vez a nombre de Exclusivas Club Internacional del Libro (pertenecen al mismo grupo).

Desde luego no me convenció nada y así se lo hice saber, pero la vi tan ilusiónada que lo único que pude decirla es que, si estaba convencida de la compra, que lo disfrutara mucho....
Al día siguiente me llamó porque no veía bien la televisión que la trajeron, una "estupenda" TFT de 19 pulgadas marca Zinion que ni siquiera traía sintonizador TDT. Según la dijeron, si venía incorporado.
Yo no pude por más que querer hacerla ver que el dinero que iba a pagar por todo eso era totalmente desproporcionado al valor real de los artículos recibidos. Ella ya no estaba tan convencida de la compra pues había venido una visita y la había recriminado que no le hubiese consultado previamente, a parte de que no anda sobrada de dinero. Me manifestó su arrepentimiento, que firmó porque había tenido dos horas en casa a los comerciales y que la pareció feo que se fueran sin más, que ella fue una elegida de entre miles, que venga regalos, que, que, que,....
Bueno, me comprometí en ayudarla (es una mujer mayor que no tiene a nadie en la vida, ni hijos, ni hermanos, ni primos,...). Lo primero fué calmarla y decirla que la revocación del contrato es algo que contempla la Ley en los casos de venta a domicilio, de hecho si os fijáis en la parte inferior del documento viene reflejada esta opción, y que diera orden al banco de que no le pasaran ningún recibo.
Me fuí a la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) y les conté el caso. Me dijeron que efectivamente estos contratos se pueden revocar dentro de un plazo de siete días y me explicaron el procedimiento a seguir.
Asi que me puse manos a la obra y redacté una carta de revocación:

Carta de revocación en la que se que especifica el número de contrato al que se está vinculado, los motivos de la revocación y la reclamación del efectivo que te hacen pagar con la entrega del material en concepto de primera cuota. Poner la fecha, tu nombre y apellidos legibles y tu firma.




Despues rellené el reverso del contrato y la ampliación, que no es ni más ni menos que un documento de revocación



Con todo, me fuí a una oficina de correos y emití un burofax dirigido a Exclusivas CIL en el que incluí la copia de los contratos por ambas caras, fotocopia del DNI  y la carta de revocación que redacté (seis documentos a efectos de facturación en Correos). El burofax, aunque caro, es el único medio seguro para hacerles llegar tu renuncia de compra. Es conveniente que el burofax lo hagas con certificación de texto, de esta manera ya no existirá ninguna duda de que les mandas lo que les mandas y no los apuntes del instituto. En total vino a ser, con acuse de recibo incluido, unos 32 €. Al cabo de dos días vas a recoger el certificado de texto con la copia compulsada de los documentos que has enviado, puesto que los originales se los quedan ellos, y unos días más tarde te llega a casa el resguardo del acuse de recibo.

Certificación de texto de Correos



Aparentemente el tema estaba zanjado y solo había que esperar a que vinieran a recoger el material, aun así yo avisé a mi vecina que probablemente recibiera la visita de algún comercial para intentar repescarla. Al cabo de algunos días me contó que la habían llamado por teléfono para decirla que no podía echarse atrás porque tenía un contrato firmado.
- ¡¡ Vaya caraduras !! - la dije.
A mi vecina la llamó la atención el contraste de la amabilidad del principio con la aspereza del trato que recibió a través del teléfono.
Ya en febrero la mandan una carta muy diplomática en la que la venían a decir que no han podido cobrar el primer recibo y que dan por supuesto que ha sido por causas ajenas al cliente y en la que le proponen las diferentes alternativas para pagar la deuda.

Al día siguiente llama a la puerta y me dice que por la mañana ya se han llevado parte del pedido. Me extrañó puesto que lo más sencillo y económico es llevarse el paquete entero, de manera que la pregunto si la han dejado algún papel, y...¡¡ eh voila !!; lo que habían hecho es anularla parte del pedido, en concreto la ampliación, para hacerla firmar otra vez e intentar endosarla al menos los 3.230 € iniciales.

Increible pero cierto, habían hecho caso omiso a todo lo redactado en la carta de revocación e intentan sacar la venta adelante aprovechándose de la confianza de esta mujer. Yo la regañé por causas obvias y la comenté que lo mejor sería mandar otra revocación, a pesar que este documento no traía esa opción en el reverso.
Así que vuelta a empezar, otra carta, otro paseo y otro burofax, este un poco más barato ya que eran solo dos documentos: carta de revocación y el documento de recogida parcial expuesto sobre estas líneas. Se me ocurrió exigir en la carta que los datos de mi vecina fueran borrados de los ficheros de esta empresa con el fin de evitarnos nuevos dolores de cabeza

    Justificante de emisión del burofax

          

                    
                                                        Segunda carta de revocación







De momento no tengo más datos que aportar a fecha de 20 de febrero, pero ya contaré como acaba este culebrón. Como reflexión diré que personas mayores como la protagonista de la historia no tienen la suerte de poder acceder a la información necesaria para escapar de las garras de estos auténticos carroñeros comerciales, en todo caso, y si se tercia la casualidad, podrán ser asesoradas a tiempo y salir del hoyo donde las quieren enterrar personas sin ninguna ética profesional. Ella tuvo la suerte de encontrarme a mi y yo la suerte de poder vivir la experiencia a través de ella y, de esta manera, estar preparado ante una situación así.